domingo, 10 de agosto de 2008

Interdisciplinariedad

José Carlos Martín de la Hoz


El interesante trabajo colectivo sobre el pecado en la Edad Media, publicado por ediciones Sílex, pone de manifiesto la necesidad de los estudios interdisciplinares y, más en concreto, la necesidad de trabajar al unísono los historiadores de la Iglesia y los historiadores civiles.

Llama la atención que tratándose de un tema de historia de la Iglesia, no haya participado ningún historiador de la Iglesia. En ese sentido la mejor aportación del volumen corre a cargo del Prof. Emilio Mitre, buen conocedor de la historia de la Iglesia por sus trabajos sobre la herejía medieval, etc.,

A lo largo del trabajo se hecha en falta mayor rigor científico para abordar los temas teológicos y hay burdas simplificaciones de la historia de la teología. Afirmaciones peregrinas que dan rubor leer, por ejemplo: "Es preciso indicar, en primer lugar que el pecado contra natura es una invención de la Edad Media en la fase central de su historia"(114). La autora no ha leído ni el Antiguo Testamento, ni las Cartas de San Pablo. También resulta llamativa la siguiente afirmación: "La confesión se asienta en el siglo XII" (190). Y, finalmente, otra: "En el ámbito cristiano el Infierno tiene sus bases en tres textos del Nuevo Testamento que narran el descenso de Cristo a los Infiernos, visiones que se vulgarizaron gracias al Evangelio apócrifo de Nicodemo" (p.380). Como si no existiera la literatura cristiana de los primeros siglos, el Pastor de Hermas o las cartas de San Ignacio de Antioquia o el resto del Antiguo y el Nuevo Testamento.

En muy pocos trabajos se alude a Las Fuentes de los catecismos, de los confesonarios, de los tratados de sacramentos, así como a las catequesis de los Padres de la Iglesia. Si se habla de un tema teológico lo mínimo es aplicar el rigor científico. No bastan unas citas de Santo Tomás o de conocidos autores franceses

Lo más penoso en la historia son las premisas previas, los prejuicios. La prof. Cristina Segura lo muestra con sencillez: "Mi hipótesis de partida es que, por el contrario, en la Iglesia cristiana medieval había actos de las mujeres que eran considerados como pecados; mientras que los mismos actos cometidos por los hombres no tenían esta misma calificación" (209). Y seguidamente añade con asombrosa falsedad, hablando de los hombres: "quienes acudían a la mancebía no eran pecadores" (222). Basta con leer toda la literatura patrística, por no decir la Sagrada Escritura, para comprobar que siempre fue pecado, para hombres y mujeres, la fornicación fuera del matrimonio. El colmo es cuando habla de la excomunión por adulterio (223). Finalmente, una cosa es no tener fe y otra juzgar con coordenadas modernas. Baste un ejemplo: "Si la noción de pecado permite este análisis trasversal, especialmente en la Edad Media, pues es en esta fase histórica cuando arraiga la idea de pecado y se suma a los mecanismos punitivos de control y de disciplina" (113).

José Carlos Martín de la Hoz

Para leer más:

Carrasco Manchado Ana Isabel (coord), (2008) Pecar en la Edad Media, Madrid Silex,
Sánchez Herrero, José (2006) Historia de la Iglesia. II: Edad Media, Madrid, BAC, colección Spientia fidei. Serie de Manuales de Teología.

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